kinokulak

27 de agosto de 2010

¿QUÉ ES EL COMUNISMO?



Texto del video extraido del Cuaderno de Formación básica de JJ.CC Nerja
( http://juventudescomunistasdenerja.blogspot.com )

¡Espero que sea de vuestro agrado!

14 de junio de 2010

El Capital de Carlos Marx en Comic por Max y Mir



Un cómic que explica de forma sencilla El Capital de Karl Marx.

Prólogo:

La historieta, lejos de la insignificancia de ser un arte menor, posee el impacto comunicativo de la claridad del lenguaje directo. Al interés por esta obra fundamental de Marx, unimos así la oportunidad de comprender los conceptos más esenciales por parte de todos. Y cuando escribo "todos" a eso me refiero: estos conceptos, ideas esenciales contenidas en el primer libro de la obra "El Capital", han sido editados pasando en la conveniencia de dar a conocer las revolucionarias ideas de Marx a las personas más diversas -lo que no se conoce, o se comprende mal, suele ser despreciado...- Las páginas de Max y Mir han dibujado y ayudan, de manera sencilla y eficaz a que intuyamos algunos de los puntos de partida del marxismo.

16 de abril de 2010


EL MITO DEL GULAG



R. Andreu

Partido comunista de España (reconstituido)



La imagen actual de Stalin y de su etapa al frente de la URSS ha sido objeto de una deformación sistemática, primero a iniciativa de la propaganda hitleriana y luego al amparo de la guerra fría. Indudablemente esa campaña, por más que se haya probado su inconsistencia y absoluta falta de rigor histórico, ha calado: Stalin es hoy sinónimo de terror, persecución, genocidio y campos de trabajo.

No cabe duda: la burguesía tiene pánico a Stalin y ese temor nos lo transmite a diario por todos los medios de intoxicación. Las razones son obvias: el movimiento comunista internacional alcanzó su fase de máxima pujanza precisamente bajo Stalin; la situación llegó a ser tan crítica para el imperialismo que realmente llegaron a temer su desplome. Había que hacer algo, borrar la imagen gloriosa de la Revolución de Octubre y de los bolcheviques e imponer una nueva imagen de diseño, plagada de tergiversaciones, mentiras y falsificaciones históricas de lo más burdas.
Los imperialistas nos insistieron durante décadas que la apertura de los archivos secretos del KGB demostraría sus afirmaciones; Gorbachov ordenó abrir esos archivos en 1989 y los primeros informes completos con las conclusiones se publicaron en 1993. Estas conclusiones no han tenido el eco mediático que merecían, sin duda porque refutan plenamente la campaña intoxicadora que hemos padecido durante tantos años.

Gracias a este trabajo se restablecerá la verdad sobre la obra revolucionaria, sobre la esencia y el contenido de la construcción del primer Estado socialista en el mundo. Es muy importante y absolutamente  indispensable.


15 de abril de 2010

Stalin. Carta a Ivanov

Stalin. Carta a Ivanov.




Carta de Ivanov al camarada Stalin


Al Camarada Stalin

de parte de Ivanov, propagandista

titular del Comité de Sector de la

Juventud Comunista Leninista de la URSS

en Manturov (región de Kursk).


Estimado camarada Stalin,


Le ruego encarecidamente de aclararme la siguiente cuestión:


Aquí donde me encuentro, así como en el Comité regional de la Juventud Comunista, existen dos maneras de concebir la victoria definitiva del socialismo en nuestro país, o más bien se confunde el primer grupo de contradicciones con el segundo. En las obras de usted sobre el destino del socialismo en la Unión Soviética se habla de dos grupos de contradicciones: las internas y las externas.


En cuanto al primer grupo de contradicciones está claro que las hemos resuelto: el socialismo en el interior del país ha triunfado.


Quisiera tener una respuesta acerca del segundo grupo de contradicciones, es decir, las que existen entre el país del socialismo y los países capitalistas. Usted señala que la victoria definitiva del socialismo significa la solución de las contradicciones externas, la completa garantía contra la intervención, y por consecuencia, contra la instauración del capitalismo. Sin embargo, este grupo de contradicciones puede ser resulto solamente mediante los esfuerzos de los obreros de todos los países.


También el camarada Lenin nos enseñaba que “se puede vencer definitivamente sólo a escala mundial, sólo mediante los esfuerzos unidos de los obreros de todos los países”.


En el curso de propagandistas titulares en el Comité regional de la Juventud Comunista de la URSS yo dije, basándome en las obras suyas, que la victoria del socialismo puede ser definitiva solamente a escala mundial; pero los militantes del Comité regional, Urogenko (primer secretario del Comité regional de la Juventud Comunista) y Kazelkcov (instructor de propaganda) califican mi intervención de “salida trotskista”.


Les mostré las citas de sus obras sobre esta cuestión pero Urogenko me dijo que cerrara el libro, afirmando que “eso lo decía el compañero Stalin en 1926, pero ahora estamos en el 1938; que en aquel momento no teníamos todavía la victoria definitiva, mientras ahora sí la tenemos, que no se trata de estar pensando ahora en la intervención y en la restauración”. Además me dice: “Nosotros tenemos ahora la victoria definitiva del socialismo y tenemos la total garantía contra la intervención y contra la restauración del capitalismo”. De esta forma me han considerado cómplice del trotskismo, me han sacado del trabajo de propaganda y han puesto en cuestionamiento mi permanencia en la Juventud Comunista.


Le ruego, camarada Stalin, que me explique si tenemos la victoria definitiva del socialismo o si todavía no la tenemos. ¿Puede ser que yo no haya encontrado la documentación de actualidad complementaria sobre esta cuestión en relación a algún cambio reciente?


Yo considero que la declaración de Urogenko es antibolchevique, sosteniendo que las obras de Stalin sobre esta cuestión ya están un poco envejecidas. ¿Puede ser que los militantes del Comité regional hayan tenido razón en considerarme trotskista? Esto me molesta mucho y me ofende.


Le ruego, camarada Stalin, que se permita responderme a esta dirección:


Iván Filippovich Ivanov,

Soviet de la aldea Pervi Zassiem,

Distrito de Manturov,

Región de Kursk.

18-1-38

Firmado: Ivanov.



Carta de Stalin al camarada Ivanov.


Al camarada Iván Filippovic Ivanov,


La razón la tiene usted desde luego y son sus adversarios ideológicos, es decir los camaradas Urogenko y Kazelkov, quienes se han equivocado. Y esto por qué.


Está fuera de dudas de que la cuestión de la victoria del socialismo en un solo país, es este caso el nuestro, tiene dos aspectos diferentes.


El primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país abarca el problema de las relaciones entre las clases en el interior del país. Esto es en el campo de las relaciones internas. ¿Puede la clase obrera de nuestro país superar las contradicciones con nuestros campesinos y establecer con ellos una alianza, una colaboración? ¿Puede la clase obrera de nuestro país, en alianza con los campesinos, derrotar a la burguesía de nuestro país, arrebatarle la tierra, las oficinas, las minas, etc., y construir una sociedad socialista completa?


Estos son los problemas ligados al primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país.


El leninismo responde a estas preguntas afirmativamente.


Lenin enseña que “nosotros tenemos todo lo necesario para la edificación de una sociedad socialista completa”. Nosotros podemos y debemos por lo tanto, con nuestras propias fuerzas, vencer nuestra burguesía y construir la sociedad socialista. Trotski, Zinoviev, Kamenev y caballeros similares, que se convirtieron más tarde en espías y agentes del fascismo, negaban la posibilidad de edificar el socialismo en nuestro país sin que antes la revolución socialista haya vencido en los otros países, en los países capitalistas. Estos caballeros, en sustancia, querían reconducir nuestro país hacia atrás en la vía del desarrollo burgués, cubriendo su apostasía con falsos argumentos sobre la “victoria de la revolución” en otros países. Ha sido precisamente sobre este punto en el que se han desarrollado las discusiones en nuestro partido durante estos días. La sucesiva marcha del desarrollo de nuestro país ha demostrado que el Partido tenía razón, y que Trotski y compañía estaban equivocados.


De hecho, mientras tanto, hemos sido capaces de liquidar nuestra burguesía, de establecer una colaboración fraternal con los campesinos y construir, en lo esencial, la sociedad socialista, aunque la revolución socialista no haya vencido en los otros países.


Esto es lo que respecta en cuanto al primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país.


Yo pienso, camarada Ivanov, que su controversia con los camaradas Urogenko y Kazelkov no se refiera a este aspecto de la cuestión.


El segundo aspecto sobre la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país abarca el problema de las relaciones de nuestro país con los otros países, con los países capitalistas, el problema de las relaciones de la clase obrera de nuestro país con la burguesía de los otros países. Esto se da en el campo de las relaciones exteriores internacionales.


¿Puede el socialismo en un país que está rodeado por potentes países capitalistas considerarse completamente libre del peligro de una invasión armada (intervención) y, por consecuencia, del intento de restauración del capitalismo en nuestro país? ¿Pueden nuestra clase obrera y nuestros campesinos con sus propias fuerzas, sin una ayuda seria de la clase obrera en los países capitalistas, vencer la burguesía de los otros países, así como han vencido la propia burguesía? En otras palabras: ¿se puede considerar la victoria del socialismo en nuestro país definitiva, es decir, libre del peligro de una agresión militar y de intentos de restauración del capitalismo, mientras la victoria del socialismo existe en un solo país y mientras continúe existiendo el asedio capitalista?


Estos son los problemas que se asocian al segundo aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país. El leninismo responde a estos problemas negativamente. El leninismo enseña que la victoria definitiva del socialismo en el sentido de una plena garantía contra la restauración de las relaciones burguesas es posible solamente a escala internacional (ver la conocida resolución de la 14ª conferencia del Partido Comunista de la URSS). Eso significa que la ayuda comprometida del proletariado internacional es esa fuerza sin la cual no se puede resolver el problema de la victoria definitiva del socialismo en un solo país. Esto no significa naturalmente que nosotros debamos quedarnos con los brazos cruzados esperando una ayuda desde fuera. Al contario, la ayuda del proletariado internacional debe ser conjunta con nuestro trabajo en el fortalecimiento del Ejército Rojo y de la Flota Roja para la movilización de todo el país en la lucha contra la agresión militar en los intentos de restauración de las relaciones burguesas.


Aquí tenemos lo que dice Lenin a propósito:


“Nosotros vivimos no solamente en un Estado, sino en un sistema de Estados, y la existencia de la República Soviética al lado de los otros Estados imperialistas por un período de tiempo no es concebible. Al final, el uno o el otro vencerá. Esto significa que la clase dominante, el proletariado, si quiere dominar y dominará, debe demostrarlo, también con su organización militar” (tomo 24 pág, 122, Ed. en ruso).


Y más adelante:


“Nosotros estamos rodeados de hombres, de clases, de gobiernos que declaran abiertamente su odio contra nosotros. Nosotros tenemos que recordar que estamos siempre a un pelo de una invasión” (tomo 27, pág. 117).


Esto está dicho con agudeza y con fuerza, pero también honestamente y llanamente, sin adornos, como sabía hablar Lenin.


Sobre la base de estas premisas, en las Cuestiones del Leninismo de Stalin se dice:


“La victoria definitiva del Socialismo es la plena garantía contra los intentos de intervención, y por lo tanto de restauración, ya que un intento de restauración puede tener lugar solamente con un serio apoyo desde afuera, solo con el apoyo del capital internacional. Por eso, el sostén de nuestra revolución por parte de los obreros de todos los países, y con mayor razón el triunfo de estos obreros, aunque solo sea en unos cuantos países, es la condición necesaria para la plena garantía del primer paso victorioso contra los intentos de intervención y de restauración, la condición necesaria para la victoria definitiva del Socialismo” (Cuestiones del Leninismo, 1937, pág. 134).


En realidad sería ridículo y tonto cerrar los ojos sobre el hecho del asedio capitalista y pensar que nuestros enemigos externos, por ejemplo los fascistas, no buscarán la ocasión de llevar a cabo una agresión armada contra la URSS. Pueden pensar así solamente los ciegos fanfarrones y los enemigos escondidos, que quieren adormecer al pueblo. No sería menos ridículo negar que en el caso de que una intervención militar tenga un mínimo de éxito, los intervencionistas tratarían en las zonas ocupadas por ellos de destruir el régimen soviético y de restaurar el régimen burgués. ¿Acaso Denikin y Kolchak no restauraron el régimen burgués en las zonas que ocuparon? ¿En qué son mejores los fascistas que Denikin y Kolchak? Negar el peligro de una intervención militar y los intentos de restauración mientras exista un cerco capitalista, solo lo pueden hacer los enredadores y los enemigos escondidos que quieren esconder con fanfarronerías la propia hostilidad o que tratan de desmovilizar al pueblo. ¿Pero es posible considerar la victoria del socialismo en un solo país definitiva si este país tiene alrededor un cerco capitalista y que ésta esté garantizada plenamente contra la amenaza de una intervención y de restauración? Está claro que no es posible.


Esta es la situación con respecto a la cuestión de la victoria del socialismo en un solo país.


Se deduce que esta cuestión contiene dos problemas diferentes:


a) el problema de las relaciones internas de nuestro país, o sea, el problema de la victoria sobre nuestra burguesía y la edificación del socialismo integral;

b) el problema de las relaciones externas de nuestro país, o sea, el problema de la plena garantía de nuestro país contra los peligros de una intervención militar y de restauración.


El primer problema ya ha sido resuelto, ya que nuestra burguesía se ha liquidado y el socialismo se ha ya edificado esencialmente. A esto lo llamamos victoria del socialismo o, más exactamente, victoria de la edificación socialista en un solo país. Nosotros podríamos decir que nuestra victoria es definitiva si nuestro país estuviera en una isla y si alrededor de él no hubiera numerosos países, países capitalistas. Y debido a que no vivimos en una isla sino en un “sistema de estados” del cual una parte considerable es hostil al país del socialismo, creando así el peligro de una intervención y una restauración, nosotros decimos que abiertamente y honestamente que la victoria del socialismo en nuestro país no es todavía definitiva. De aquí se deduce que el segundo problema no está todavía resuelto y que hará falta resolverlo. Más aún: no es posible resolver el segundo problema de la misma forma en el cual se ha resuelto el primer problema, o sea, mediante los esfuerzos únicos de nuestro país.


El segundo problema se puede resolver mediante la unión de los esfuerzos serios del proletariado internacional con los esfuerzos todavía más serios de todo nuestro pueblo soviético. Es necesario afianzar y consolidar los lazos proletarios internacionales de la clase obrera de la URSS con la clase obrera de los países burgueses, es necesario organizar la ayuda política de la clase obrera de los países burgueses a la clase obrera de nuestro país en caso de una agresión militar contra nuestro país, así como es necesario organizar cualquier tipo de ayuda de la clase obrera de nuestro país a la clase obrera de los países burgueses; se necesita reforzar y consolidar con todos los medios nuestro Ejército Rojo, nuestra Flota Roja, nuestra Aviación Roja, nuestra Sociedad de apoyo a la defensa aeroquímica. Se necesita que todo nuestro pueblo esté en estado de movilización para que esté listo a hacer frente al peligro de una agresión militar, para que “ninguna casualidad” y ninguna maniobra de nuestros enemigos externos nos puedan agarrar por sorpresa.


De su carta resulta que el camarada Urogenko tiene otro punto de vista, no del todo leninista. Él, de hecho, afirma que “nosotros tenemos ahora la victoria definitiva del socialismo y tenemos la plena garantía contra la intervención y contra la restauración del capitalismo”. Que no le quepa la duda de que el camarada Urogenko está completamente equivocado. Una afirmación semejante como la del camarada Urogenko solamente se puede explicar con la incomprensión de la realidad que nos rodea y con la ignorancia de los principios elementales del leninismo, o bien con la estéril jactancia de un joven burócrata enamorado de su persona. ¿Si realmente “tenemos la plena garantía contra la restauración del capitalismo” tenemos necesidad de un potente Ejército Rojo, de una Aviación Roja, de una potente Sociedad de apoyo de la defensa aeroquímica, del afianzamiento y de la consolidación de los lazos proletarios internacionales? ¿No sería mejor utilizar los billones que gastamos en fortalecer el Ejército Rojo en otros objetivos y reducir al mínimo el Ejército Rojo o incluso disolverlo totalmente? Personas como el camarada Urogenko a pesar de que subjetivamente están entregados a nuestra causa, objetivamente son peligrosos para nuestra causa, ya que con su jactancia, voluntariamente o involuntariamente (es lo mismo) adormecen a nuestro pueblo, desmovilizan los obreros y los campesinos y ayudan a los enemigos a agarrarnos por sorpresa en el caso de complicaciones internacionales.


En cuanto al hecho, camarada Ivanov, que por lo que parece “lo han sacado del trabajo de propaganda y le han puesto la cuestión de su permanencia en la Juventud Comunista” no se debe preocupar. Si los hombres del Comité regional de la Juventud Comunista quieren realmente parecerse al suboficial Priscibeiev, el conocido personaje de Chejov, podemos estar seguros que perderán. En nuestro país los Priscibeiev no gustan.


Ahora puede juzgar si ha envejecido el conocido fragmento del libro “Cuestiones del leninismo”, a propósito de la victoria del socialismo en un solo país. Quisiera yo mismo que envejeciera, para que en el mundo no hubiera cosas tan desagradables como el cerco capitalista, el peligro de una agresión armada, el peligro de la restauración del capitalismo, y otras por el estilo. Pero desgraciadamente estas cosas desagradables continúan existiendo.


12-2-1938

STALIN



Nota: Publicado en italiano en 1945 por el periódico L'Unità del Partido Comunista Italiano.

Traducido del italiano por JMenéndez.

Fuente de la versión en italiano.





22 de marzo de 2010

CAMPOS ROTURADOS


Mijail Shólojov



Descarga directa

Sholojov, Mijail - Campos roturados [1932-1960].pdf [1.37 Mb]


Campos roturados, de Mijaíl Shólojov

Por: Koldo


Esta genial obra del realismo socialista pertenece a Mijaíl Shojolov, para muchos el escritor más importante del siglo 20. Lo malo para él es que vivió y apoyó el primer régimen socialista de la historia dirigido por obreros y campesinos: la Unión Soviética. Además tuvo la mala suerte de estar orgulloso de este régimen socialista así como de su principal dirigente, Stalin. Es por ello que muy difícilmente encontrarás ningún libro de Shólojov en las estanterías europeas.

Es tanta su calidad literaria que en plena guerra fría recibió el premio Nobel de literatura.

Campos roturados es una novela de unas 700 páginas que nos ubica en uno de los episodios más difíciles de la lucha de clases en las tierras soviéticas: la colectivizacion de 1930.

Stalin manda 25 mil voluntarios bolcheviques de las ciudades a apoyar en las pequeñas aldeas de toda la URSS la línea del Partido Comunista referida a la colectivización y lucha contra los kulaks (campesinos ricos).

El marino Davídov de Leningrado llega a una pequeña aldea del Don. Allí comienza la labor de organizar a los campesinos pobres en el que llamaran koljós "Stalin" y que sufrirá la resistencia de los campesinos ricos en forma de boicot activo, primero, y luego más astutamente irán entrando en el koljós para minarlo desde dentro.

Algunos contrarrevolucionarios blancos también se encuentran escondidos en la aldea desde donde planean extender una rebelión cosaca contra los comunistas.

El camarada Nalgunov es uno de los campesinos más conscientes y veterano rojo de la guerra civil también ayudará a Davídov en la dura empresa de la colectivizacion. Su actitud resuelta contra los nuevos koljosianos de procedencia kulak le hará tener problemas con los superiores del Partido en el distrito y será condenado por su línea ultraizquierdista.

Nos enfrentamos a una multitud de personajes descritos con una parcialidad agradecida, que nos sumerge en la realidad de los años 30, donde la revolución se juega el todo por el todo tanto en la colectivización agrícola como en la deskulakización.

Una genial obra de arte que refleja magistralmente el acecho de los blancos (ex zaristas) sobre los bolcheviques, la introducción de los ricos en algunos puestos del Partido para actuar desde dentro y, como no, a los admirables y fieles obreros y campesinos pobres luchando hasta dar la vida por el sistema en el que creían, el sistema sovietico.



11 de marzo de 2010

Noticias en TV

Quienes salvaron sus vidas en Haití

Los médicos cubanos continúan su labor humanitaria en el hermano pueblo de Haití. De las personas que han sido atendidas por los galenos de la Isla, desde el sismo que devastó a esa nación caribeña, trata el siguiente reporte.





Leonela Relys o la mujer del "Yo sí puedo


Una cubana creó un método para la enseñanza de la lecto-escritura que ha cambiado la vida a más de 3 millones y medio de personas de 28 países. Sin dudas el nombre de la Doctora Leonela Relys está en la lista de las mujeres más prestigiosas del planeta. Ella acaba de recibir el Premio Nacional de Pedagogía 2009.




Brigada artística Martha Machado en Haití


La primera actividad cultural de la brigada artística Martha Machado en Haití se realizó este miércoles en el mayor asentamiento poblacional de Puerto Príncipe.

28 de febrero de 2010


VERSOS SOBRE
EL PASAPORTE SOVIÉTICO

Vladimir Maiakovski


Como un lobo,

devoraría al burocratismo.

A las credenciales,

no les tengo respeto.

Pueden irse,

a todos los diablos...

cualquier papel,

pero éste...

Por el largo frente,

de cupés y camarotes,

un funcionario,

se mueve saludando.

Todos entregan los pasaportes,

y yo entrego

mi librito escarlata.

Ante algunos pasaportes,

una sonrisita en los labios.

Ante otros,

un desprecio único.

Con respeto,

por ejemplo toman,

al pasaporte inglés,

con un león grande de cama de dos plazas.

Sacando los ojos fuera de las órbitas,

sin dejar de inclinarse,

toman,

como si tomaran una propina

al pasaporte norteamericano.

Al polaco,

lo miran,

como un chivo mira un cartel.

Al polaco,

lo miran con ojos asombrados,

ceñidos en su chaqueta policial,

como quien dice:

-¿De dónde,

y qué es,

esa novedad geográfica?

Y sin dar vuelta la cabeza,

sin manifestar asombro alguno,

toman sin pestañear,

el pasaporte dinamarqués,

y de otros tantos suecos...

Y de pronto,

como si se hubiese quemado,

torció la boca el señor.

Es que...

el señor funcionario toma,

mi pasaporte de color escarlata.

Lo toma,

como una bomba,

lo toma,

como a un erizo,

como si tomara una navaja afilada,

lo toma,

como una víbora de cascabel de veinte

aguijones.

Le hizo un gesto significativo al changador,

para que llevara gratis las cosas.

El gendarme,

mira interrogante al pesquisa,

el pesquisa,

mira interrogante al gendarme.

Con qué placer,

de casta de gendarmes,

me azotarían,

o me harían crucificar,

por tener en las manos,

el pasaporte soviético,

el de la hoz y el martillo.

Yo,

como un lobo,

mordería al burocratismo,

a las credenciales,

no les tengo respeto.

¡Que se vayan,

todos al diablo,

cualquier papel,

pero éste!...

Yo saco,

del bolsillo,

de mis enormes pantalones,

un duplicado del pasaporte-,

carga de poco peso.

¡Leed,

envidiadme!

Yo soy

ciudadano,

de la Unión Soviética.

Escrito en el año 1929.


26 de febrero de 2010

SOBRE LA HISTORIA DE LAS INTERVENCIONES ARMADAS NORTEAMERICANAS.





Varios Autores
Editorial Progreso (URSS)
Año 1984
Digitalizado por Kinokulak


Descargar del libro "Sobre la historia de las intervenciones armadas norteamericanas"

Versión pdf digitalizado:
Con emule
Descarga directa

Versión digital formato Word:
Con emule
Descarga directa

ÍNDICE

PREFACIO………………………………………………...………...… 3

PARTE I
V. Selivánov. LAS ETAPAS DE LA EXPANSIÓN EN AMÉRICA LATINA………………………………………………………..... 9
I. Kumarián. LAS AGRESIONES A MÉXICO…………………........ 19
E. Larin. CUBA: OBJETO DE AGRESIÓN POR PARTE DE
LOS EE.UU………………………………...………………….. 36
Nelli Poyárkova. PUERTO RICO: UNA COLONIA NORTE-
AMERICANA…………………………………………………. 64
V. Lunin. LOS EE.UU. Y EL CANAL DE PANAMÁ…………….... 78
N. Lutskov. VEINTE AÑOS DE OCUPACIÓN DE HAITÍ……..….. 95
Elena Anánova. DESEMBARCO EN LA REPÚBLICA DOMI-
NICANA……………………………………………………… 112
I. Grigulévich. NICARAGUA INDÓMITA………………………… 129
Marina Chumakova. GUATEMALA: EL DERROCAMIENTO
DEL GOBIERNO DE ARBENZ…………………………..…. 149
M. Górnov. LA CONSPIRACIÓN CONTRA CHILE……...………. 166
S. Semiónov. EL GENOCIDIO EN EL SALVADOR…………….... 179
A. Glinkin. LA ADMINISTRACIÓN REAGAN AGUDIZA EL
RUMBO……………………………………..…………..……. 191

PARTE II
Yu. Poliakov. LA CRUZADA ANTISOVIÉTICA DE LOS IM-
PERIALISTAS……………………………………………...... 208
A. Lunin. UNA INTERVENCIÓN OLVIDADA…………………... 219
A. Petrov. LA GUERRA DE VIETNAM………………………...… 241
V. Zhurkin. DESLIZÁNDOSE POR LA VERTIENTE………….… 257
A. Kislov. LA POLÍTICA INTERVENCIONISTA EN EL PRÓ-
XIMO ORIENTE…………………………………………..… 272



PREFACIO.

A los estadistas estadounidenses les agrada representar el papel de pacificadores, moralizadores y guardianes de la justicia y el respeto en los asuntos internacionales; sin embargo, sus acciones se encuentran en flagrante contradicción con su verbo­rrea. ¿Qué vale, por ejemplo, la afirmación del presidente de los EE.UU., R. Reagan, en la segunda sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre el desarme, de que los Estados Unidos nunca han sido agresores!

De prestar oídos a los representantes del establishment norte­americano, podría parecer que los Estados Unidos han sido la potencia más adicta a la paz en la historia de la humanidad, que jamás han agredido a nadie y que siempre han actuado en bien de los demás.

¿Cuál es el cuadro de la política estadounidense en realidad? Según aseveraciones de la propia prensa norteamericana, en sus años de existencia, los EE.UU. han realizado más de 200 agresiones armadas contra otros pueblos. Según datos de la fundación norteamericana Broo­kings Institution, sólo de 1946 a fines de 1981, los EE.UU. emplearon la fuerza armada en apoyo a sus fines de po­lítica exterior y estrategia militar 250 veces, recurriendo reitera­damente a la amenaza del empleo del arma nuclear.

Los dueños de los destinos de los EE.UU. afirman en la actuali­dad que sólo a causa de los “manejos del comunismo mundial” y la cacare­ada “amenaza soviética” los EE.UU. intensifican la carrera armamentista y tienen soldados en tantos puntos del globo terráqueo; sin embargo, los EE.UU. libraban guerras de rapiña en América Latina y el Oriente mucho antes de aparecer la URSS en el mapamundi. Enviaron muchas veces sus tropas a México, arrebatando a este país más de la mitad de su territorio, ocuparon Cuba en 1898, convirtieron a Puerto Rico en su colonia. En el hemisferio oriental, corrieron la misma suerte las Filipinas. Ya antes de la Primera Guerra Mundial, los EE.UU. intervinieron reiteradas veces en Haití, la República Dominicana, Nicaragua y otros países de América Latina.

Tras el triunfo de la primera revolución socialista en octubre de 1917, los EE.UU. enviaron sus tropas a la Rusia Soviéti­ca. Entre las dos guerras mundiales, los EE.UU. implantaron en América Latina a dictadores “gorilas” a su gusto, aplastando con su ayuda todo intento de los pueblos de defender su independen­cia. Por indicación directa de Washington, fueron asesinados los jefes campesinos mexicanos Emiliano Zapata y Pancho Villa, el general Augusto César Sandino en Nicaragua, los luchadores contra el imperialismo Farabundo Martí en El Salvador, Julio Antonio Mella y Antonio Guiteras en Cuba, y otros muchos patriotas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los apetitos de los EE.UU. tomaron carácter “global”. Comenzaron a intervenir en los asuntos de todas las regiones del mundo. China, Corea, Viet­nam, los países del Oriente Próximo y África fueron objeto de sus agresiones directas o indirectas. Impusieron el Pacto Atlántico a Europa Occidental. Con ayuda de pactos “defensi­vos”, han tratado de atar a América Latina a su carruaje militar. Los EE.UU. se inmiscuyen en los asuntos internos de la comunidad socialista, amenazando con el boicot económico y no respetando los acuerdos firmados anteriormente con la Unión Soviética.

El estudio de la política exterior estadounidense muestra que a lo largo de los 200 años de historia de los Estados Unidos, la estrategia política de los círculos dirigentes norteamericanos en el exterior se ha basado en dos postulados básicos: 1) la fuerza militar es el medio fundamental de resolver los problemas internacionales y 2) los EE.UU. no son un país cualquiera sino exclu­sivo, “destinado” (Manifest Destiny) a la misión civilizadora de llevar a los demás pueblos el american way of life.

“Desde el comienzo de nuestro desarrollo como nación —hacía cons­tar el diario norteamericano The New York Daily News el 31 de marzo de 1981—, se observa el camino trazado por medio de la fuerza y los tiros hacia las fronteras del oeste (la usurpación de las tie­rras mexicanas); sin embargo, hoy nos consideramos una nación de la ley y el orden. No, seguimos siendo fruto de aquella época”.

Siguiendo ese mismo camino, los EE.UU. intentaron ante todo subyugar a los pueblos del hemisferio occidental, y luego des­plazaron su atención hacia otros continentes. En un reciente
pasado, sostuvieron la guerra contra los pueblos de Indochina, anegando en sangre, quemando con napalm e intoxicando con venenos la tierra pacífica de Vietnam, Laos y Kampuchea. Ahora el gobierno estadounidense, además de estimular al agresor israelí a cometer crímenes sangrientos en el Líbano, ha introducido en este país sus efectivos militares (los marines), sometiendo a cañoneo la capital libanesa. Las tropas de Tel-Aviv, que exterminan a los palestinos y los libaneses, están equipadas con armas norteame­ricanas. Los sionistas cometen sus crímenes y practican el geno­cidio en las tierras árabes con la bendición de Washington.

El golpe militar fascista en Chile, las decenas de miles de muer­tos en El Salvador y Guatemala, el bloqueo a Cuba, el financiamiento, el apertrechamiento y la tutela a los asesinos somocistas en Nicaragua, el apoyo al régimen racista en la RSA, y la complici­dad fáctica con Londres en la guerra colonialista de Inglaterra contra Argentina en el Atlántico Sur, son respaldados por la política de los EE.UU., encaminada a apoyar los regímenes más reaccionarios y a establecer la hegemonía norteamericana en los asuntos internacionales.

Las fuerzas agresivas del imperialismo estadounidense apro­vechan todos los medios para romper el equilibrio estra­tégico militar existente en el mundo y obtener la posibilidad de dictar su voluntad a otros países. Una prueba de ello es, por ejemplo, la campaña hostil antisoviética montada en los EE.UU. en torno al mito de la “amenaza militar” del Este. Esta mentira elevada a la categoría de política oficial está dirigida a facilitar a los EE.UU. el fomento de una carrera armamentista que conduce al incremento del peligro de una nueva guerra mundial. En los últimos años, en el período de la administración Reagan, esta política se ha hecho especialmente peligrosa para los desti­nos de los pueblos del mundo.

El presupuesto militar de los EE.UU. en 1982 alcanzó la cifra astronómica de 208 600 millones de dólares, y en 1986 llegará a 327 700 millones de dólares. Los EE.UU. cuentan hoy con 2 500 bases militares situadas en 114 países del mundo, en las que se encuentra medio millón de soldados nor­teamericanos. Los océanos Pacífico, Atlántico e Índico, el Mar Mediterráneo, el Golfo Pérsico y los Mares del Sur son surcados por escuadras y submarinos militares norteamericanos dotados de los medios más modernos de exterminio en masa. Centenares de aviones con mortíferas armas nucleares a bordo, despegan dia­riamente de sus aeropuertos. Los EE.UU. producen oficialmente sustancias químicas tóxicas en enormes cantidades, pretenden imponer a sus aliados europeos una nueva generación de cohetes nucleares, amenazan con emplear el cosmos con fines militares, y hablan irresponsablemente de la guerra nuclear “limitada”, que abarcará supuestamente “sólo” a Europa, aunque es claro para todo el mundo, que donde sea que estalle la tromba nu­clear, provocará inevitablemente la catástrofe general.

En los últimos años, los EE.UU. procuran asimismo cometer sus actos agresivos con “manos ajenas”, azuzando a unos países con­tra otros, exacerbando y haciendo llegar a límites peligrosos los conflictos locales, con tal de servirse de ellos para ocupar nuevas posiciones estratégicas y cercar aún más a la Unión Soviética y otros países socialistas con el cinturón de sus bases militares. A este propósito sirve igualmente el comercio de armamentos. Sólo du­rante el decenio 1970-1980, los EE.UU. vendieron a 131 países, pertrechos militares por una suma de 123 500 millones de dóla­res, de ellos 47 700 millones a los países de Oriente Próximo, principalmente a Israel y Egipto. La exportación anual de armas de los EE.UU. ha crecido de 4 300 millones de dólares en 1970 a 20 000 millones de dólares en 1981.

Los peligrosos pasos de los círculos gobernantes de los EE.UU., que empujan al mundo a la catástrofe nuclear, provocan por do­quier una creciente preocupación y la indignación de los pueblos. En los propios EE.UU., personalidades públicas y eclesiásticas, conocidos políticos y diplomáticos critican la política aventurera de confrontación que no cuenta con la situación real en el mun­do. Por su parte, la Unión Soviética siempre ha propuesto con empeño y convicción a los Estados Unidos, iniciar negociacio­nes y ponerse de acuerdo sobre una base recíprocamente acep­table, respecto al cese de la demencial carrera armamentista y el paso al desarme.

En su intervención en el acto solemne dedicado al 60 aniver­sario de la URSS el 21 de diciembre de 1982 en el Palacio de los Congresos del Kremlin, Yu. V. Andrópov, secretario gene­ral del CC del PCUS, dijo: “Estamos por una colaboración am­plia y fructífera entre todos los pueblos del planeta, sin imposicio­nes ni injerencias en sus asuntos, para su provecho mutuo y en beneficio de toda la humanidad”

Los materiales publicados en esta recopilación, cuyos auto­res son conocidos científicos soviéticos —historiadores y especia­listas en asuntos internacionales—, muestran con elocuencia que el rumbo agresivo de los EE.UU. no es nuevo, fue aplicado ya antes por los círculos gobernantes de este país. Basándose en sólidos materiales documentales, los autores estudian la historia de las intervenciones arma­das norteamericanas en diferentes países. Se analiza la inter­vención de los EE.UU. en la Rusia Soviética de 1918 a 1920, la política agresiva estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial en el Oriente Próximo y en Indochina. La par­te fundamental del libro está dedicada a la política de los EE.UU. en América Latina. La atención particular prestada al continen­te latinoamericano se debe a que esta inmensa región siempre ha sido considerada por los círculos gobernantes de los EE.UU. como “zona de los intereses norteamericanos”. Allí precisamente los EE.UU. aplicaron por primera vez la “política del gran ga­rrote”, desembarcando sus tropas en territorios de Estados sobe­ranos e implantando regímenes pro norteamericanos. Allí preci­samente se probó la “diplomacia del dólar” aplicada luego en otras partes del mundo.

El auge del movimiento de liberación en América Latina en los últimos decenios, la construcción del socialismo en Cuba, y el triunfo de una revolución popular en Nicaragua, intensificaron la agresividad de los círculos imperialistas estadounidenses en el hemisferio occidental. Se fomenta una campaña de subversión con­tra la República soberana de Cuba que persigue obli­gar a la dirección cubana a renunciar a las transformaciones revolucionarias en el país. Se hace realidad la interven­ción armada en la Nicaragua revolucionaria por mercenarios reclutados por los EE.UU. entre la escoria somocista expulsada del país por el pueblo.

Pero la política agresiva imperialista de los círculos gober­nantes de los EE.UU. no hace sino aumentar la cohesión de las fuerzas progresistas y democráticas de América Latina. En octubre de 1983, los Estados Unidos agredieron a mano armada a Granada, pequeño Estado caribeño. En su Declaración, la Agencia Telegráfica de la Unión Soviética señala que “con sus actos contra Granada, el Gobierno de los Estados Unidos pone al descubierto su desprecio absoluto hacia las normas del Derecho Internacional universalmente aceptadas, y pisotea los elevados princi­pios de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas. Es una prueba manifiesta de que, en aras del logro de sus objeti­vos expansionistas, Washington se propone no hacer caso del derecho de los pueblos al desarrollo independiente y lanza un reto abierto e insolente a la voluntad de los pueblos y a la opinión pública mundial”.

La experiencia de la historia de las intervenciones armadas de los EE.UU., de las que se habla en el presente trabajo, muestra que en las nuevas condiciones creadas actualmente en la palestra internacional, los intentos de los Estados Unidos de volver a la “política del gran garrote” están condenados al fracaso. En el libro no se han reflejado todos, ni siquiera la mayoría de estos actos agresivos de los EE.UU. Para ello se necesitarían mu­chos volúmenes. Tampoco se ha prestado espacio a las agresiones sicológicas y económicas de los EE.UU. contra los regímenes inde­seados, a todo tipo de bloqueos y sanciones, a las campañas pro­pagandísticas agresivas, a las acciones de los “boinas verdes” y los mercenarios, a la política de la “guerra fría” fomentada desde Washington y a otras acciones adversas a la causa de la paz y el progreso social.

Nuestra tarea era mostrar ante todo, las fuentes del origen de la política exterior agresiva de los Estados Unidos en diversos países y en diferentes períodos. Es al mismo tiempo, la historia del fra­caso de los designios estratégicos de los círculos gobernantes esta­dounidenses orientados a mantener a los pueblos bajo la esfera del dominio imperialista, del fracaso de la política de amenazas e intervenciones, de desencadenamiento de nuevas guerras antipo­pulares y de puesta en práctica de concepciones político militares inhumanas.